El amor, hoy en día, podemos considerarlo toda una
industria. Los regalos de San Valentín, las revistas con test y consejos sobre
el amor, los bombones…etc. De hecho, si nos paramos a pensarlo tan solo un
poco, muchos de los comercios o productos que actualmente nos rodean no tendrían
sentido si “el amor”, tal y como se conoce su concepto, no existiera.
El amor, entonces, se comercializa. No literalmente, sino el
amor como recurso para atraer al consumidor, que desea experimentar ese
sentimiento.
Centrándonos en el cine, vemos como el amor se utiliza, cada
vez más, como recurso para captar espectadores. Por tanto, he visto interesante
analizar las clases de amor que en esta industria se focaliza y, sin desmerecer
ninguno de ellos, se idealizan.
- El amor pasional.
Posiblemente sea la clase de amor que más se puede reflejar
en el cine a día de hoy. Este amor, muy conocido por todos, es el que empieza
siendo algo puramente físico para acabar formando un sentimiento. Este amor
pasional podemos verlo ahora, sobre todo, en muchas películas catalogadas como
“comedias románticas”. Sí, como muchos estaréis pensando, es el caso de “Love
and Other Drugs” (“Amor y otras drogas”, de 2010), “No String Attached” (“Sin
compromiso”, de 2011) o “Friends with Benefits” (“Con derecho a roce”, de
2011).
Todas estas películas tienen el factor común del sexo sin
compromiso, sin ataduras. Y, todas ellas, te llevan a la conclusión de que el
sexo recurrente con una misma persona, la mayoría de las ocasiones, desemboca
en amor. De hecho, podría recordarnos a la clásica pregunta… ¿sexo sin amor?
¿o amor sin sexo?
- Por encima de todo "amor".
Esta clase de amor que refleja el cine es, posiblemente, la
forma de amor que más se veía hace unos años. “El amor por encima de todo”. Ese
amor que persiste pese a cualquier adversidad. Podría decirse que es el “amor
en estado puro”. Creo que a todos se nos viene a la cabeza películas como “The
Notebook” (“El diario de Noa”, de 2004) o “A Walk to Remember” (“Un paseo para
recordar”, de 2004).
Estas películas, al contrario que las clasificadas en el
grupo anterior, tienen en común resistir pese a las adversidades. Dejan a un
lado la parte carnal del amor para centrarse mucho más en la forma
“sentimental” de este. Nadie puede dudar que cada una de las relaciones que se
narran en este tipo de películas sea un amor que dura para siempre. Son
historias que, generalmente, se engloban en el drama para expresar la fuerza de
un sentimiento. Aquí, la única pregunta que podemos hacernos cuando vemos la película
es… ¿perdurará ese amor realmente?
- El amor “realista”.
Por último, en este tercer grupo cabrían todas esas
películas que, aunque no siempre lo consiguen, pretenden ser realistas.
Realismo en cuanto al amor. Ese amor que, o no siempre funciona, o no siempre sucede tan rápido. Un ejemplo de ello serían películas como “The Vow” (“Todos los
días de mi vida”, de 2012), “Dear John” (“Querido John”, de 2010) y, algunas
más originales como “(500) Days of Summer” (“500 días juntos”, de 2009).
Lo que está claro, sea cual sea el amor que se represente en
el cine, es que este vende. Y vende mucho. Desde sus inicios, el amor es
utilizado como recurso para darle “vida” a una película. Y esto lo podemos ver
en todo tipo de géneros. Por ejemplo, cada vez más resulta sorprendente como en
películas de acción solemos ver – aunque en un segundo plano de la trama – una relación (o sexual
o amorosa) de dos personajes. Esto sucede, cada vez más, en muchas películas, sea cual sea su género.
Aínsua.
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