En esta entrada me gustaría
compartir con vosotros, una de las obras que más me han gustado dentro de la
inmensa variedad de literatura que he podido leer en mi vida. Han pasado varios
años desde que lo descubrí, pero para mí, se convirtió en una de las obras más emocionantes
que puedo recordar. La persona que me lo recomendó, sin duda me ha regalado una
de las mejores experiencias en lectura.
¿Y cuál es ese libro? ¡Pues no es
uno, son cinco! Se trata de la saga Dollanganger. Que consta de las siguientes
obras: Flores en el ático, Pétalos al viento, Si hubiera espinas, Semillas
del ayer y Jardín sombrío. Pero
como me podría extender demasiado, prefiero hablaros del primer libro de la
saga, Flores en el ático.
Se trata de una novela escrita
por V.C Andrews, publicada en el año 1979. La historia nos cuenta la vida de la
familia Dollanganger, formada por los padres, Christopher y Corrine, y sus
hijos: Catherine, Chris, y los gemelos Carrie y Cory. Esta familia mantenía un estilo
de vida idílico y perfecto, pero la situación cambia cuando el padre muere en
un accidente de coche.
La familia se inunda en una
depresión, y por si fuese poco se empiezan a arruinar, ya que el padre era el
único que poseía trabajo. Corrine, después de pensarlo mucho, decide mandarle
numerosas cartas a su madre para pedirle que le acoja en su mansión. Su madre,
Olivia, accede; pero impone su propia condición: los niños deberían quedar
encerrados, para que el abuelo, Malcom, no se enterara de su presencia allí.
Corrine, para que los niños acepten, les explica que ella en el pasado había
hecho algo que su padre desaprobó, y por lo tanto la había desheredado. Sus
padres eran millonarios, y su intención era ganarse de nuevo su cariño, ya que
su padre estaba al borde de la muerte, y de aquella manera ella heredaría toda
su fortuna. Los niños son encerrados en una habitación, sin poder salir,
manteniéndose ocultos, sin poder asomarse a la ventana, sin más comida que la
que le traen a escondidas, y sin más salida que el acceso desde la habitación a
un ático oscuro, sin aire libre, sin sol...
La madre, los primeros días, va a
visitarlos un poco. Les pinta un futuro maravilloso a los niños, contándoles
todo el dinero que tendrían, les lleva regalos, y les afirma que sólo estarían
encerrados un par de días. Sin embargo, al pasar el tiempo, la madre deja de
visitar poco a poco a los niños, y va perdiendo el interés por ellos. Los días
se convertirán en años. Los niños son físicamente y psíquicamente maltratados por
su abuela que les amenaza con castigos muy severos.
Los niños, pasan hambre, ya que
su abuela en momentos no les da de comer, Chris y Cathy tomarán medidas
extremas para alimentar a sus hermanos pequeños, como quitarse sangre y dársela
a beber, ya que los gemelos empiezan a enfermar gravemente.
La escritura de Andrews es sin
lugar a duda, maravillosa, es capaz de hacernos entrar en la historia, hace
sentir al lector todo lo que sienten los personajes, sus llantos, sus
injusticias,…; y a pesar de los escasos escenarios con los que cuenta la
novela, no aburre en absoluto, sino que os mantendrá en estado de tensión y
emoción constante (lo de que cuando empiezas, ya no puedes parar… ¡SIN DUDA!)
A. Pouso
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