martes, 30 de abril de 2013

Flores en el ático


En esta entrada me gustaría compartir con vosotros, una de las obras que más me han gustado dentro de la inmensa variedad de literatura que he podido leer en mi vida. Han pasado varios años desde que lo descubrí, pero para mí, se convirtió en una de las obras más emocionantes que puedo recordar. La persona que me lo recomendó, sin duda me ha regalado una de las mejores experiencias en lectura.

¿Y cuál es ese libro? ¡Pues no es uno, son cinco! Se trata de la saga Dollanganger. Que consta de las siguientes obras: Flores en el ático, Pétalos al viento, Si hubiera espinas, Semillas del ayer y Jardín sombrío. Pero como me podría extender demasiado, prefiero hablaros del primer libro de la saga, Flores en el ático.

Se trata de una novela escrita por V.C Andrews, publicada en el año 1979. La historia nos cuenta la vida de la familia Dollanganger, formada por los padres, Christopher y Corrine, y sus hijos: Catherine, Chris, y los gemelos Carrie y Cory. Esta familia mantenía un estilo de vida idílico y perfecto, pero la situación cambia cuando el padre muere en un accidente de coche.

La familia se inunda en una depresión, y por si fuese poco se empiezan a arruinar, ya que el padre era el único que poseía trabajo. Corrine, después de pensarlo mucho, decide mandarle numerosas cartas a su madre para pedirle que le acoja en su mansión. Su madre, Olivia, accede; pero impone su propia condición: los niños deberían quedar encerrados, para que el abuelo, Malcom, no se enterara de su presencia allí. Corrine, para que los niños acepten, les explica que ella en el pasado había hecho algo que su padre desaprobó, y por lo tanto la había desheredado. Sus padres eran millonarios, y su intención era ganarse de nuevo su cariño, ya que su padre estaba al borde de la muerte, y de aquella manera ella heredaría toda su fortuna. Los niños son encerrados en una habitación, sin poder salir, manteniéndose ocultos, sin poder asomarse a la ventana, sin más comida que la que le traen a escondidas, y sin más salida que el acceso desde la habitación a un ático oscuro, sin aire libre, sin sol... 

La madre, los primeros días, va a visitarlos un poco. Les pinta un futuro maravilloso a los niños, contándoles todo el dinero que tendrían, les lleva regalos, y les afirma que sólo estarían encerrados un par de días. Sin embargo, al pasar el tiempo, la madre deja de visitar poco a poco a los niños, y va perdiendo el interés por ellos. Los días se convertirán en años. Los niños son físicamente y psíquicamente maltratados por su abuela que les amenaza con castigos muy severos.

Los niños, pasan hambre, ya que su abuela en momentos no les da de comer, Chris y Cathy tomarán medidas extremas para alimentar a sus hermanos pequeños, como quitarse sangre y dársela a beber, ya que los gemelos empiezan a enfermar gravemente. 

La escritura de Andrews es sin lugar a duda, maravillosa, es capaz de hacernos entrar en la historia, hace sentir al lector todo lo que sienten los personajes, sus llantos, sus injusticias,…; y a pesar de los escasos escenarios con los que cuenta la novela, no aburre en absoluto, sino que os mantendrá en estado de tensión y emoción constante (lo de que cuando empiezas, ya no puedes parar… ¡SIN DUDA!)



A. Pouso


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