La UMA. Esa gran
desconocida. Esa Universidad que apuesta por el aprendizaje de los alumnos, por
sacar lo mejor de ellos, porque aprendan y se adentren en el medio profesional
con una técnica perfecta y conocimientos más que elevajajajajaja. Venga, ya en
serio, ya paro de reírme.
Sacando el tema de los
profesores, sinceramente la UMA no se merece ni que pierda el tiempo nombrándoles
o desacreditándoles, pero es lo que hay. El que busca el aprendizaje del alumno lo sabe, el que
busca el mayor rendimiento de la clase lo sabe, el que ha tratado y trata bien
al alumno lo sabe y nosotros se lo hemos hecho saber, el que quiere que
nosotros seamos algo en el futuro nos abre el camino y el que no trata de
hacernos la zancadilla, la que todos, en
mayor o menor medida hemos conseguido vislumbrar y evitar para que la caída fuera
menor o que tan siquiera nos cayéramos.
Para qué decir más, es una obviedad
como un castillo que nuestra facultad no destaca por la profesionalidad de los
profesores, aunque, si hay muchos que buscan conseguir todo lo que ya he
mencionado, pues ¿Para qué darles más bombo a los que no? Allá cada uno con su
conciencia si la culpa la tienen los que no ponen soluciones: LOS ALTOS MANDOS
DE LA UMA.
No quiero pillarme los
dedos, por lo que pueda pasar, pero como en principio me voy el año que viene a
Salamanca con Jozé Arberto, pues el hecho de pensar en la UMA y todo mi paso
por ella me hace recordar a la canción de Nino Bravo: Libre, y os voy a
deleitar con algunas estrofas que definen lo que es para mí la UMA y por qué me
gustaría pasar tercero fuera de ella:
Tiene casi veinte años y ya está
cansado de soñar
Pero tras la frontera esta su hogar
Su mundo y su ciudad
Piensa que la alambrada solo es
un trozo de metal
algo que nunca puede detener
sus ansias de volar
Libre, como el sol cuando amanece
Yo soy libre, como el mar
Libre, como el ave que escapo de su prisión y puede al fin volar
Libre, como el viento que recorre mi lamento Y mi pesar,
camino sin cesar
Detrás de la verdad,
y sabré lo que es al fin la libertad.
cansado de soñar
Pero tras la frontera esta su hogar
Su mundo y su ciudad
Piensa que la alambrada solo es
un trozo de metal
algo que nunca puede detener
sus ansias de volar
Libre, como el sol cuando amanece
Yo soy libre, como el mar
Libre, como el ave que escapo de su prisión y puede al fin volar
Libre, como el viento que recorre mi lamento Y mi pesar,
camino sin cesar
Detrás de la verdad,
y sabré lo que es al fin la libertad.
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Belén M. Ochando
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