Llegó el día, ese día en el que miras la nota de
selectividad y te encuentras con que tienes nota para entrar a ese gran incógnito llamado Grado en Comunicación Audiovisual, y para empeorar aun más la situación
te metes en lo que llaman Universidad de Málaga “Campus de Excelencia
Internacional” (mucha traca para el cuerpo).
Ahora que lo pienso, no sé muy bien si me metí en la carrera
porque me gustaba, porque pensaba que era mi futuro o porque todos mis hermanos
tienen carrera universitaria y no quería ser la oveja negra. Lo que tengo muy
claro es que si me hubiera metido en un grado superior hubiera aprendido el
triple.
Sinceramente, creo que el problema no es la carrera en sí,
sino la universidad en la que estoy. Ya que te pones a investigar sobre gente
que ha estudiado esta carrera y ves que algunos han llegado lejos, cobran 4000 euros al mes y otras barbaridades de ese tipo.
Hablemos claro señores: La UMA no es lo que te cuentan en la jornada de puertas abiertas. Y me parece indignante que además este pagando un dineral para estudiar en esta universidad/antro compuesta en su gran mayoría por una
manada de profesores que llegan a clase a pasarnos unas diapositivas, rellenas por un montón de autores que
a los dos días del examen no te acuerdas ni de la primera letra de su nombre, o
mejor aún, se dedican a contarnos
una sarta de anécdotas/paparruchas que supongo que nos las cuentan a nosotros
porque sus nietos se duermen al escucharlas. Eso sí, la asistencia es obligatoria.
Perdonad si me escandaliza que lleve dos años en esta
carrera y nadie se haya dignado a meterme en un plató de televisión, será que
tanta gafa de pasta suelta me está volviendo loco.
Carlos Montiel.
Pd: Nos vemos el año que viene en la Universidad de
Salamanca, que un servidor renuncia a estar otro año más en este garito de
carretera llamado UMA.
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