La televisión, ese
espejo que “nos muestra la realidad”, realidad donde se refleja (Como dijo
Fellini) la derrota de nuestro sistema cultural. Pero lo que cabe preguntarse
en algunas ocasiones es: ¿Es mala la televisión?
Si la televisión es
por excelencia el primer medio democrático, por y para el pueblo, donde
gobierna por tanto lo que quiere la gente, no sería precisamente lo terrible
eso, lo que quiere la gente. Lo malo de los espejos es que al mirarnos todos,
inevitablemente nos reflejamos, y esto quizás sea un punto de partida
importante para hablar de la televisión.
La televisión cada
día más destruye la barrera de lo que a mi juicio es normal, mostrándonos
informaciones banales, ficcionalizadas, y donde por excelencia reinan el morbo
y el sensacionalismo. Quizás por el sentido televisivo, y como creo que queda
bastante claro, tengo una postura apocalíptica. Remitiéndome a las palabras de
nuestro amigo Umberto Eco: “…la «cultura
de masas» no es signo de una aberración transitoria y limitada, sino que llega
a constituir el signo de una caída irrecuperable, ante la cual el hombre de
cultura (último superviviente de la prehistoria, destinado a la extinción) no
puede más que expresarse en términos de Apocalipsis”
Es una realidad que la cultura de masas ha acercado la cultura a la masa,
pero también es cierto que una masa, la cual se guía sin un criterio propio
especifico, guía a la televisión a un terreno apocalíptico donde los grandes
héroes que guían nuestra sociedad son personas tan ilustres y eminenciales como
nuestra Belén Esteban, la gran Heroína
posmoderna (Termino que bien podría estar asociado a sus numerosas
adicciones a determinadas sustancias revitalizadoras del cerebro).
Bueno para concluir decir que no siempre tuve esta concepción de la
televisión, y que un día llego a formar parte importante de mi vida, y que fue
donde conocí a muchos de mis (super)héroes actuales, pero conforme uno madura y
va adquiriendo conocimientos, es verdad, que ese grande que un día fue la televisión
pasa a ser algo que nunca podre volver a mirar con los mismos ojos, y que finalmente ha derrotado a ese yo, que se pasaba horas delante de sus contenidos a la espera de adquirir nuevos "conocimientos".
Una ¿Nostálgica? despedida a la televisión
Carlos Mérida Benamrane
No hay comentarios:
Publicar un comentario