"- ¿En qué puedo servirle? -preguntó trastornado-. ¿Afeitar o cortar el pelo? -y en el mismo instante se maldijo por su falta de tacto, pues el cliente poseía una calva reluciente.- Ni lo uno ni lo otro -dijo el hombre gris, sin sonreír, con una voz átona, que podríamos llamar gris ceniza-. Vengo de la caja de ahorros de tiempo. Soy el agente nº XYQ/384/b. Sabemos que quiere abrir una cuenta de ahorros en nuestra entidad."
No. No quiero.
Desaparece humo, desaparece polvo, desaparece ceniza, desaparece... ladrón. Tiempo... ansiado y
querido... eres mío y de nadie más... mi...Tesoro...
No me importa, te quiero, no me abandones, disfruta de todas las comodidades que mi palacio de sábanas y soledad puede ofrecerte. ¿Qué más quieres? ¿Qué quieres de este pobre hombre? Ven aquí, conmigo, no me abandones, ven aquí y charlaremos y debatiremos y reiremos... en silencio..."Devora todas las cosas:aves, bestias, plantas y flores;roe el hierro, muerde el acero,y pulveriza la peña compacta;mata reyes, arruina ciudadesy derriba las altas montañas"
“[…] Así debía ser, pues ese era el mayor de los tres silencios, y envolvía a los otros dos. Era profundo y ancho como el final del otoño. Era grande y pesado como una gran roca alisada por la erosión de las aguas de un río. Era un sonido paciente e impasible como el de las flores cortadas; el silencio de un hombre que espera la muerte.”Un saludo Seleucos.
Fotografía propia.
1: "Momo", de Michael Ende.
2: "El Hobbit", de J.R.R. Tolkien.
3: "El Nombre del Viento", de Patrick Rothfuss.
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