miércoles, 24 de abril de 2013

¿Más vale mierda conocida que Universidades (no sé si ponerlo en mayúsculas será seguir contribuyendo a la mentira que supone la universidad como entidad respetable) por conocer? ¡Ojalá, Maribián, ojalá!


Entiendo, cada vez que ocurre, aunque en mi opinión si la frecuencia aumentase un poco no vendría nada mal, cuando el americano de turno roba la escopeta de papá mientras duerme y se planta a las 8 de la mañana en su college , en cursiva que es un anglicismo (tita Marta enseña, tita Marta entretiene ;) ), y comienza a disparar contra todo ente que respira.
Lo entiendo, de verdad, lo entiendo.
Es más, CLAMO AL CIELO PARA QUE ALGÚN DÍA ALGUNO DE VOSOTROS PIERDA LA CABEZA Y COMIENCE A LIMPIAR ESTA INSTITUCIÓN CON PLOMO (aunque más de un incompetente profesor no morirá si las balas no son de plata) Y NOS SALVE DE SU CONTAGIOSA Y VENENOSA MEDIOCRIDAD.
LOS HUEVOS NO ESTÁN PARA RASCÁRSELOS, PROFESORADO, NI NUESTRAS PERSPECTIVAS PROFESIONALES Y ACADÉMICAS PARA QUE SE LAS FUMEN ANTES DE CLASE Y DECIDAN CON LA MORRIÑA  PROPIA DE LA YERBA (que también puede escribirse así y como soy andaluza, malagueña y exquisita lo escribo de esta tan castiza manera) NO ENTRAR A DAR LOS GRUPOS REDUCIDOS.
No sigamos alimentando a esta panda de incompetentes que pueblan las facultades o, al menos, no hablemos bien de ellos.
Escupamos veneno sobre la Universidad.
Orinémonos encima cada vez que alguien nos pregunte que qué tal la carrera.
Defequemos por los pasillos cuando un profesor, animal, o cosa no haga bien su trabajo.
Matarratas.
Matarratas en las pizarras.
 Polonio en el ratón de los iMacs de las mesas de los profesores.
Anticongelante en el grifo de agua gratis de la cafetería.
La Universidad, o quizá España, debe ser destruida.
No merece la pena sentarse a arreglar semejante fullería.
Los alumnos, y eso es quizá lo peor, somos dignos de semejantes profesores y de tamaños vagos en el resto de puesto de administración.
Lo siento, nenitas, no merecemos más que lo que tenemos.
¡Ay de vosotros si mi papi tuviese una escopeta!
Marta Osorio

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