Entiendo, cada vez que
ocurre, aunque en mi opinión si la frecuencia aumentase un poco no vendría nada
mal, cuando el americano de turno roba la escopeta de papá mientras duerme y se
planta a las 8 de la mañana en su college
, en cursiva que es un anglicismo (tita Marta enseña, tita Marta entretiene
;) ), y comienza a disparar contra todo ente que respira.
Lo entiendo, de verdad, lo
entiendo.
Es más, CLAMO AL CIELO PARA
QUE ALGÚN DÍA ALGUNO DE VOSOTROS PIERDA LA CABEZA Y COMIENCE A LIMPIAR ESTA
INSTITUCIÓN CON PLOMO (aunque más de un incompetente profesor no morirá si las
balas no son de plata) Y NOS SALVE DE SU CONTAGIOSA Y VENENOSA MEDIOCRIDAD.
LOS HUEVOS NO ESTÁN PARA RASCÁRSELOS,
PROFESORADO, NI NUESTRAS PERSPECTIVAS PROFESIONALES Y ACADÉMICAS PARA QUE SE
LAS FUMEN ANTES DE CLASE Y DECIDAN CON LA MORRIÑA PROPIA DE LA YERBA (que también puede escribirse así y como soy
andaluza, malagueña y exquisita lo escribo de esta tan castiza manera) NO
ENTRAR A DAR LOS GRUPOS REDUCIDOS.
No sigamos alimentando a esta
panda de incompetentes que pueblan las facultades o, al menos, no hablemos bien
de ellos.
Escupamos veneno sobre la
Universidad.
Orinémonos encima cada vez
que alguien nos pregunte que qué tal la carrera.
Defequemos por los pasillos cuando
un profesor, animal, o cosa no haga bien su trabajo.
Matarratas.
Matarratas en las pizarras.
Polonio en el ratón de los iMacs de las mesas
de los profesores.
Anticongelante en el grifo de
agua gratis de la cafetería.
La Universidad, o quizá
España, debe ser destruida.
No merece la pena sentarse a
arreglar semejante fullería.
Los alumnos, y eso es quizá
lo peor, somos dignos de semejantes profesores y de tamaños vagos en el resto de
puesto de administración.
Lo siento, nenitas, no
merecemos más que lo que tenemos.
¡Ay de vosotros si mi papi
tuviese una escopeta!
Marta Osorio
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