Yo también fui uno de esos ingenuos
que pensaban que la Universidad sería tal y como te la cuentan en
las películas.
Bajando de las nubes, el primer día de
clase en la Univerisdad me abrió los ojos y fui enfrentándome día
a día al maravilloso “zulo”, que me da la impresión de que
seguimos en el instituto y no en la Universidad. Triste, pero cierto.
Ese magnífico almacén que tenemos como clases y que hasta el día
más frío del año, hace calor allí; lógico también, 70 personas
en una clase (bueno, eso en primero, ahora en segundo no llegamos a
30 por día) y con unas bonitas ventanas que son fáciles de abrir y
que además son enormes (ironía), es normal que estemos calentitos.
Luego, otra de las grandes
instalaciones de la UMA son sus aparcamientos, donde no hay día que
no veas a alguien con cara extraña intentando buscar su coche porque
no recuerda donde lo ha dejado. Esos aparcamientos donde la gente
deja el coche en medio (me incluyo) y hay veces que te dejan notas
amenazando con llamar a la grúa la próxima vez. Prueba aquí:
Primer aviso.
Esto pasa, porque los que vivimos lejos
y tenemos alguna clase más tarde que los de la mayoría, llegan a la
facultad y no hay ni un mísero aparcamiento. Y una de las
genialidades de la UMA son sus autobuses. Si alguien viene de algún
pueblo más apartado, tendrá que coger varios transportes para
llegar a su casa. Por lo cual, ya que venimos en coche, que menos que
ampliar los aparcamientos.
Hablando un poco sobre la
carrera, como a todos, no era para mi lo que esperaba. Me metí en la
carrera, porque vi su conferencia el día de “puertas abiertas”
cuando estuve en segundo de bachiller, esa famosa charla que a todos
nos hipnotizó. Además vi las asignaturas de este grado y las vi
interesantes. Quien iba a pensar, que casi todo lo que estamos dando
es teoría, quien iba a pensar que los de otras carreras pisarían el
plató antes que nosotros, quien iba a pensar que muchos contenidos
de las asignaturas no vayas a volver a verlos en tu vida, quien iba a
pensar...
Pero bueno, lo más normal
es que (como también escuché) los dos primeros años sean de teoría
pura y dura, y tercero y cuarto sean más prácticos. Me vengo a
referir, a que dejemos de quejarnos sobre la carrera en el aspecto de
que la mayoría de contenidos no interesan a nadie y no demos las
suficientes prácticas, y veamos si en estos dos años que nos quedan
(bueno, o más..) mejora la cosa y tenemos las prácticas que todos
solicitamos. Dejemos ver que pasa...
Por otra parte como bien han dicho
alguno de mis compañeros, algo agradable de nuestra facultad es la
cafetería. No solo los de nuestra facultad hablamos bien de ella, si
no que amigos míos de otras carreras me lo dicen también. Menos mal
que tenemos algo bueno.
Tampoco podemos olvidar, las personas
que hemos conocido por haber optado por la Universidad. Queramos o
no, hemos creado un vínculo estos dos años atrás, con nuestros más
y nuestros menos, con nuestros diferentes grupitos, donde al final se
le coge cariño a muchas cosas. Y eso es uno de los motivos por los
cuales no me arrepiento de haber entrado en la UMA y que compensa con
todos los aspectos negativos.
Alberto Moreno González
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