Daniel Mérida Gutierrez |
Siguiendo las
palabras de Agustín es cierto que tendemos a ser
mas autobiográficos en el resto de entradas que en la que
se suponía que debíamos serlo (Al menos en mi caso). Bueno
tras este ligero apunte y continuando con una entrada mas en la que cuento algo
de mi, decir que su llegada era algo que me ilusionaba desde Agosto.
Curiosamente el día que me entere llegue a una barbacoa y hablando de mi boca salió
la frase: "Puff a ver que día me hace tío mi hermano" y esa noche la
noticia estaba en mi casa, a lo que entonces respondí con un "Ammm me voy
a Taekwondo", eso si un poco shockeado por esa curiosa situación.
Los meses fueron
pasando, llegue a la universidad con el fin de convertirme en un futuro
profesional de la animación y así continúe esperando durante meses la llegada
de este pequeñajo a casa. Una vez se acabo el primer cuatrimestre, llegaron las
nuevas clases y no se por circunstancias de la vida (Que contare en siguientes capítulos
jejeje) empecé a sentirme de bajón, tan de bajón que no sabia que hacer con mi
vida. Llego marzo y con él, la operación que llevaba esperando casi 5 años y
que me iba a quitar un peso de encima, que por un lado es cierto pero por otro acentuó
ese estado de bajón, por que me sentí separado de mis compañeros de Mefistófeles
durante una semana (Que si que es poco tiempo pero prácticamente solo encerrado
en un hospital es horrible).
Muchos fueron los días
posteriores que me sentí de bajón, hasta que finalmente tras un fin de semana
que compartí con mis amigos de Mefistófeles, haciendo turismo por Torremolinos
y tras compartir una esplendida película (Luces
rojas) con uno de mis amigos mas jocosos, un mensaje llego a mi teléfono:
"Carlos te presento a tu sobrino".
Va a sonar feo
pero cuando vi la foto que me mando mi hermano junto a ese mensaje pensé:
"Que niño mas feo" (Después vería que la calidad de la foto dejaba
mucho que desear y que el niño estaba un poco hinchado en ese momento, pero en
un principio me asuste, jajaja), pero sinceramente, al verle el día siguiente descubrí
algo que hasta entonces había pasado desapercibido en mi vida, y es como una
cosa tan pequeña, vacía de malas intenciones podía transmitirme tanta tranquilidad,
y de un plumazo y sin pensarlo dos veces, esa situación de pesimismo que me
rodeaba desapareció con una cosita de apenas dos kilos que abrió sus ojitos
cuando entre en la habitación para hacer un primer intento de contacto visual
con su tío (Contacto algo escaso contando con que los recién nacidos apenas
ven, pero bueno a mi me hace ilusión pensar que es así).
Finalmente para
concluir decir que esta foto la hice a los tres días de nacer (Y donde pude
aplicar los conocimientos de las practicas de ese día con San Miguel), y que
desde encoreces es una imagen que me relaja mucho mirar en momentos de bajón,
por que es alguien que me da fuerzas para luchar.
P.D.: Puntualizar que el titulo, tiene un sentido especial y es que si mirais atentamente en su ojo (algo que se aprecia mejor en el raw), en su mirada, se refleja a su tio un poco desesperado por sacar una buena foto de su sobrino.
Carlos Mérida Benamrane
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