miércoles, 1 de mayo de 2013

INTERNATIONAL GEOGRAPHIC.


Me temo que esta entrada va a ser un poco caótica y una extraña amalgama.  

Me uno a algunos de mis compis del GR3: Disfruten (si se lo pide el cuerpo) de los enlaces.

La primera vez que escuché Blood Bank de Bon Iver decidí hacer ese montaje tonto de 21 gramos. Tonto, pero significativo para mí, como la mayoría de las letras del grupo. Si queréis entrar en un bucle pues seguís luego con SUFJAN STEVENS, JAMES BLAKE, JOSE GONZALEZ, THE CINEMATIC ORCHESTRA, FLEET FOXES (gracias Lechu) , IMOGEN HEAP, KATE HAVNEVIK.



“La différence”
Quizá lo mejor de Internet sea que puedes escuchar de casi todo y que cuando no puedes te lo buscas. Si no hubiera sido por Internet, cantantes africanos como el albino SALIF KEITA, PAPA WEMBA, ALI FARKA TOURÉ o AYUB OGADA nunca habrían llegado hasta mí fácilmente, por muy reconocidos que sean en sus fronteras. Tampoco OFRA HAZA, la mujer que canta la nana de El príncipe de Egipto, ni FAIRUZ.
Un cierto reggae de la mano de TRYO, ‘jazz’ de la de ZAZ, intentos de música celta de la bretona NOLWENN LEROY, YANN-FANCH KEMENER y del grupo CELTIC WOMAN.

También suenan por mi habitación composiciones clásicas de TCHAICOVKSY, MOZART, WAGNER, DEBUSSY, BERLIOZ. Y últimamente, TAVENER, PREISNER (culpa de Kieslowski). En general me dedico a explorar porque, como le decía Shanduray al señor Kinsky en Asediada, no es una música que comprenda. Me gusta, pero no la comprendo. Ojalá. Pero no. 

De mi madre es la culpa de que escuche a LEONARD COHEN, y JOAN MANUEL SERRAT.

“Há uma música do povo”
En general escucho de todo, y gracias a un buen amigo de nombre José Lobo, llegué al fado: a CARMINHO, MARIZA, DULCE PONTES, AMÁLIA RODRIGUES. Porque este amigo mío, además de portugués, canta fado-flamenco:


Le deseo toda la suerte del mundo.

“Porque la pena tizna cuando estalla”
Y en general suerte le deseo a todos esos compañeros de teatro que han pasado por mi clase, que se han ido y han vuelto. Porque a lo tonto llevo 6 años creyéndome que hago teatro, aunque siempre con altibajos (como ahora). De hecho, a Lorena Triviño de Matteis la conocí por los rincones de La Sala y compartí escena un par de veces con ella. Luego la encontré por la facultad.
Puede decirse que a través de teatro llegué a la poesía de MIGUEL HERNÁNDEZ, porque mi profesora quería hacer una dramatización de sus trabajos más emblemáticos que no salió adelante. La mayoría de los alumnos teníamos entre 14-17 años por aquel entonces. Me quedé con las ganas de hacer ese trabajo, pero lo cierto es que siempre llegabas más o menos bien y salías de clase hecha polvo. ¿Cómo se puede expresar con palabras tanto dolor? ¿Cómo puede alguien exagerar al punto de decir que por doler le duele hasta el aliento? Luego leí su obra completa y me quedé más chafada todavía.

“A thing of beauty is a joy forever.”

 Con John Keats me topé a partir de la última película de Jane Campion que, por cierto, fue horrible verla doblada. ¿A quién se le ocurre traducir una poesía recitada?  Creo que la película no gustó porque acierta demasiado a la hora de retratar la época y su forma de entender el amor (demasiado romántica, para los ricos, claro).  Tengo por aquí un trozo de una carta que Keats le mandó a su enamorada Fanny Brawne, en español (dentro del libro de Marina Palabras de amor, una antología de cartas de escritores):

“Acabo de recibir tu nota. No puedo ser ya feliz lejos de ti. Eres rica como un bajel de perlas. No me amenaces ni en broma. Me ha sorprendido que los hombres pudieran morir mártires por la religión. Me he estremecido ante ello. Ya no me estremezco. Podría ser martirizado por mi religión. El amor es mi religión. Podría morir por esto; podría morir por ti. Mi credo es el amor y tú eres su único principio.”

En fin, los románticos me hicieron mucho daño en la adolescencia (Jane Austen no ayudó, aunque las Brönte le dieron un poco de realismo al asunto). Momo no me enseñó a desestresarme y 1000 splendid suns me hizo pensar momentáneamente que llevo una vida espléndida. 


“¿Ves como todavía tenías algo que decirme?"
Cuando estás en teatro inevitablemente tienes que leer y memorizar obras o parte de ellas. Como obras en las que no sabes qué se compra ni qué se vende ni por qué discuten dos personas a parte del placer de herirse verbalmente (La soledad en los campos de algodón, Koltés), obras violentas y duras que cuando las representas la gente se ríe y te empiezas a cuestionar si lo estás haciendo bien (Caricias, Sergi Belbel) y obras duras pero que te pillan lejos para entender a tu personaje (Yerma, García Lorca).


COLAPSO.


Marta M Mata





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