miércoles, 1 de mayo de 2013

Écija, ciudad de historias


Cuando escucho la palabra “cultura” siempre, irremediablemente, pienso en Écija, el pueblo/ciudad donde paso tantos buenos momentos.
Desde pequeña he escuchado y visto como, cada vez que hacían obras, desenterraban “trozos” de la civilización romana. De hecho, en casa de mi abuela, mucho antes de que yo naciera, tuvieron que hacer obras en el suelo y, de pronto, se toparon con unas columnas romanas y parte de un friso romano donde se contempla claramente un busto.
Y es que, esto no es para menos, ya que la ciudad ecijana conoció su época de mayor grandiosidad durante la dominación romana. “Sobre el 14 a.C. se fundó la denominada “Colonia Augusta Firma Astigi”, una gran ciudad con calles pavimentadas trazadas en retícula regular, cloacas y red de distribución de aguas, foro, templos, termas y anfiteatro, junto a un puente por el que la Vía Augusta cruzaba el Genil”.
De hecho, otra de las muchas anécdotas de la ciudad fue cuando decidieron reformar la plaza. Obra que duró alrededor de doce años, ya que al escavar encontraron, además de un cementerio árabe, una “natatio” (con una escultura de Diana la cazadora) y unos cuantos mosaicos acompañados de, como no, unas cuantas columnas.


La ciudad, no obstante, es conocida como “Ciudad del Sol” (por sus elevadas temperaturas en verano) o “Ciudad de las Torres” (por las doce torres que se pueden ver perfectamente desde Astigi).




Podría ponerme a contar muchísimas cosas más de la ciudad a la que tanto quiero, pero me temo que la entrada me ocuparía muchísimas más palabras. He compartido las cosas que, desde pequeña, más me han llamado la atención de la ciudad. Una ciudad con historia, cultura y belleza. 




Aínsua.

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