Todos
podemos ver como la prensa en soporte de papel, las salas cinematográficas y
hasta en ocasiones la televisión, están dejándose cada vez mas de lado por ese
“nuevo” soporte que es internet, el cual ha sabido combinarse cada vez con
mejor resultado con los contenidos del audiovisual.
Internet,
en los últimos años se ha convertido no mas que en un vertedero global de
información donde se entremezclan resultados de excelente calidad con productos
que mejor deberíamos olvidar. Esta sobreoferta en la que vivimos gracias a
internet no nos lleva mas que a la desinformación, que a su vez se ve derivada
de que internet no se trata ni mas ni menos que de un ágora a nivel global.
Pero esto lejos de ser beneficioso, debido a su carácter desjerarquizado,
provoca que se combinen lo mejor y lo peor de la información global, en un
hibrido que al igual que pasa con la imagen de síntesis y la imagen real en el
cine de los últimos años (véase Avatar
por ejemplo), no se sepa distinguir que información es valiosa y cual no.
Pero
esto no son solo desventajas, ya que internet a su vea permitido la
consolidación de inmensas minorías que no entienden de barreras
internacionales, y que pueden verse unidos por el gusto por un determinado
genero cinematográfico, una película, un cantante, o en definitiva cualquier
cosa.
Pero
si para algo ha servido internet, y el cual es uno de sus papeles mas
importantes (por no decir el mas importante), es el de ser un instrumento de
descarga de audiovisual sin precedentes en la historia. Ya sea legal o no, el
audiovisual se encuentra en un momento esplendido, donde títulos que se creían
perdidos, resurgen en formato digital para complacer los devenires de por
ejemplo aquellas minorías apasionadas por un genero y que encuentran en
internet el medio perfecto para saciar sus ganas de conocer mas sobre la
historia del genero en cuestión.
La
preferencia de los usuarios por un sistema de mercado on line, ha llevado a las
empresas a empezar a difundir sus contenidos por internet a precios inferiores
a los que encontramos en las tiendas, gracias a que el soporte físico se hace
innecesario.
Después de esta caótica recopilación de ideas finalmente me queda decir
que internet no es malo, pero se convierte en un arma de doble filo y relacionándolo
un poco con lo que hemos leído en el texto La
revolución de la “fonofotografía”, donde hemos hablado del “yo” publico y privado,
podemos llegar a la conclusión de que gracias a internet, mientras nos
dedicamos a bajar de internet masivamente contenidos audiovisuales, al mismo
tiempo que subimos nuestras imágenes como modo de construir un ideario de lo
que se supone que somos, no dejamos mas que convertir lo público en privado y
lo privado en público.
Leónidas
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