Escribir dos entradas sobre la Universidad de Málaga es
difícil. Sobre todo para mí, que pretendo ser respetuosa y herir lo menos
posible. Pero, la verdad, es que así es imposible.
Antes habíamos criticado todos cosas de la Universidad como
las asignaturas, el Zulo, las instalaciones…etc. Ahora, aprovechando que la
entrada es anónima (aunque tampoco tiene demasiado sentido que lo sea), casi
todos estamos escribiendo sobre (algunos) profesores y sus formas de impartir
clase.
Bien, uniéndome a muchos de mis compañeros, voy a hablar
sobre uno o dos profesores concretos, que son los que hacen bajar la calidad y
el nivel de la Universidad.
En primer lugar, me gustaría dejar claro mi opinión al
respecto de dicha profesión que, se supone, ejercen los profesores de la UMA. Creo – y es
una opinión personal – que el primer requisito para ejercer la profesión como
es debido es ser buena persona para llegar a ser buen profesor. Como hemos
comprobado en estos dos años de carrera que llevamos, no todos cumplen este
requisito (¡ojo! Aunque la mayoría sí). Es tan simple como desear que la
mayoría de tus alumnos aprueben (porque entonces querrá decir que has hecho
bien tu trabajo). Y la cruda realidad es que no todos los profesores desean
que apruebes. Es más, algunos disfrutan mirándote a la cara mientras se te
saltan las lágrimas por un inmerecido suspenso.
Otro requisito (que vuelvo a repetir que esto es muy
subjetivo) es, lógicamente, que tu edad mental esté por encima de la de tus
alumnos. Vale, sino por encima, de igual a igual. Pero NO por debajo. Es decir,
cosas como “me enfado y te confisco el Pendrive” deberían estar prohibidas en
una institución como en la que nos encontramos. ¿En serio? Lo más irónico es
que recibes una carta al presentar la instancia donde te dice que “está todo
solucionado”. Ajam… Solucionado… FAIL.
En realidad con eso y esforzándote en la preparación del
temario y en tu forma de impartir las clases…¡Enhorabuena, eres un buen
profesor!
Fdo:
Custard
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