Es
curioso haber nacido en la provincia de Málaga y no haber “salido” nunca de Torremolinos.
Para mí Málaga siempre ha sido un lugar muy desconocido, mis visitas se
reducían a las excursiones del colegio, algún que otro paseo en Navidad y poco
más. Hablo de recuerdos de cuando era pequeño y salía a todas partes con mis
padres.
Cuando
ya tenía cierta independencia, salía por muchos lugares, excepto por Málaga. No
sabía cuál era la Plaza de la Marina, dónde estaba la Calle Larios, nunca había
estado en el Festival de Málaga, ni siquiera había visto la Semana Santa de
Málaga. Es vergonzoso, lo sé. Sin embargo,
hace unos años eso cambió.
Mis
primeras visitas se reducían a ir del Renfe Cercanías a la FNAC. Las siguientes
y más frecuentes fueron las que me ayudaron a explorar un poco más la zona,
fueron las quedadas grupales que realizaba, aproximadamente cada mes, con unos
amigos que conocí en Cambridge (Reino Unido). Por último, el factor de más peso
que me ha obligado a desenvolverme por las calles de Málaga ha sido entrar en
la universidad.
No digo
que ahora sea un experto y me desenvuelva por Málaga como por Torremolinos,
porque mi orientación es nula y tengo tendencia a perderme, pero ahora cuento
con más posibilidades a la hora de salir. El año pasado pude estar en la
alfombra roja del Festival de Málaga (dejándome la voz al ver a los actores y
actrices españoles/as), he ido a la Malagueta a echar días de playa… En
definitiva, Málaga es un sitio precioso que cualquiera debe saber valorar
y disfrutar.
Javi Mellark
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