miércoles, 27 de marzo de 2013

La cena de los idiotas

Hacía muchísimo tiempo que no me reía tanto con una película. ¿Cómo es posible que pueda haber alguien tan idiota? El guión es desternillante (es una adaptación de la obra de teatro del mismo nombre y está dirigida por el mismo director, Francis Veber) y las actuaciones son magníficas. Qué manera de enredar las situaciones hasta llegar a tal punto que, cuando crees que no puede ir a peor, vuelve a surgir otro problema más grave que el anterior.

En poco menos de 80 minutos este film nos quiere contar la historia de Pierre Brochant y una cena que organiza con sus amigos los miércoles de cada semana. Hasta ahí, todo es normal. Sin embargo, dicha cena persigue un único objetivo: cada miembro del grupo debe llevar consigo a un invitado “idiota” para reírse de él. Quien lleve al más idiota, gana.

Alguien le habla a Brochant de un tal François Pignon, un trabajador del ministerio de Hacienda que sólo conversa acerca de sus construcciones fabricadas cuidadosamente con cerillas a las cuales fotografía y tiene un gran aprecio. Brochant, tras descubrir a dicho elemento, no duda ni un instante en invitarlo a la cena y se pone en contacto con él bajo un falso interés en querer publicar las imágenes de sus construcciones en su editorial.

Empecé la película riéndome de Pignon hasta que hubo un momento, ni recuerdo cuándo, en el que comencé a sentir verdadera compasión por él. Llegué a sentir una extraña admiración por cómo se puede llegar a ser tan “idiota”. El papel de Brochant tampoco se queda atrás ya que, igualmente, comienzas la película pensando que es un editor cruel que se ríe de un desconocido pero conforme avanza la historia puedes llegar a comprender los motivos que le llevan a actuar de ese modo e incluso te compadeces de él.

Toda la acción se desarrolla en un mismo escenario: el piso del editor Pierre Brochant, concretamente en el salón, a excepción del comienzo de la película donde nos presentan a los personajes. A lo largo del film aparecen algunos planos unidos por montaje alternado que intercalan la acción del piso de Brochant con otras acciones fuera de él.

¡Y no dejéis de prestarle atención al final! No creáis que toda la historia ya ha terminado...

Como conclusión: una buena comedia que todo el mundo debería ver y que en 77 minutos es capaz de mantenerte en vilo y con una sonrisa de oreja a oreja.

En 2010 los estadounidenses hicieron un remake alargándola a una hora y cincuenta y tantos minutos. Miedo me da de lo que hayan podido hacer...

En spoiler dejo algunas de las clasificaría como las mejores escenas de este film así que si no quieres conocer algunos detalles no sigas leyendo.


Spoiler:
1. La cara de Brochant cuando Pignon no pregunta por su mujer cuando llama por teléfono al escritor Solo Leblanc
2. La escena en la que Pignon pone acento belga al hablar con Solo Leblanc y cómo pronuncia el título del libro con un susurro
3. La forma en la que Pignon confunde a la mujer de Brochant con Marlene
4. Brochant cantando la canción del contestador
5. El cúmulo de infortunios ocurridos desde que llega Lucian al piso de Brochant. ¡Excelente!


Kazz Goa

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