domingo, 10 de marzo de 2013

La malagueña errante

Málaga. Seis letras que traen recuerdos, seis letras que encierran 11 años de vida en pequeñas escenas que me vienen a la mente. Desde las Steinburgs y las noches en Teatinos hasta los paseos en calle Larios. Hasta sentir bajo mis pies la oscura arena de la playa de la Malagueta, testigo de besos, silencios y secretos que sólo guardan las olas. 

La perspectiva del futuro emigrante te confiere una visión diferente de la ciudad: aprendes a apreciar cada cosa de esta pequeña gran urbe. Cada luz. Cada color. Cada sabor. Cada viaje en autobús es una efímera ruptura de la rutina diaria. Cada caminata en los pasillos de la universidad…  

Aún así, Málaga no es perfecta. Me faltarían horas y entradas de blog para mencionar cada una de las carencias que tiene la ciudad, tales como la carencia en los transportes y tal vez el uso excesivo de la palabra "excelencia" en nuestra institución universitaria... Pero ¿Acaso hay algo perfecto? 

Sea como fuere, Málaga es esas ciudades que por mucho tiempo que pase y por muy lejos que te vayas, siempre la echas de menos. Y cuando vuelves, te sientes arropado, completo, cual hijo pródigo que vuelve a sus raíces. Y así me sentiré yo cuando me vaya.

CoccinelleGirl

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